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cuantos municipios tiene sonora
La profesora Sarah Gilbert, codiseñadora de la vacuna aseveró que “en muchos países diferentes y mediante conjuntos de edades, la vacuna ofrece un alto nivel de protección contra COVID-19 y esperamos que esto conduzca a ampliar el uso de la vacuna en los sacrificios globales para acabar con la pandemia”. “Estos desenlaces son una gran noticia y prueban la extraordinaria eficacia de la vacuna en una exclusiva población y son consistentes con los resultados de los ensayos llevados a cabo en Oxford”, ha dicho sobre esto el principal investigador de la vacuna de la Universidad de Oxford, el instructor Andrew Pollard. Los primeros ensayos llevados a cabo en Reino Unido, Sudáfrica y Brasil por AstraZeneca había sido criticados por la falta de integrar suficientes voluntarios de mayor edad para demostrar qué tan eficaz era la vacuna en aquellos de mayor riesgo de enfermarse con seriedad. En un principio, varios países no autorizaron el uso de la vacuna en adultos mayores de 65, citando falta de evidencia científica sobre esto. Eso debería volver a poner la seguridad de ciertos países de la Unión Europea que últimamente suspendieron el uso de la vacuna por miedo a que estuviera relacionada a unos limitados casos de trombosis.
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Transparencia Sonora
Las etnias con mayor cobertura de salud son la mayo, yaqui y cucapá, todas y cada una ubicadas en áreas de los vales y relativamente cercanas a grandes centros de población y avance. Y las mucho más aisladas y alejadas de las ciudades y, por lo tanto, de los centros de salud tiene menos cobertura. Finalmente, el análisis de los datos del recuento de población 2005 exhibe que entre 80 y 90 por ciento de los niños indígenas de entre 6 y 14 años asisten a la escuela, proporción que se disminuye drásticamente para el grupo de edad de 15 a 17, y aún más para los jóvenes entre 18 y 24, de los cuales sólo 18 por ciento en promedio asiste a la escuela. Una de las causas que favorecen esta disminución en la asistencia a la escuela a mayor edad es la escasez de secundarias y, más que nada, preparatorias y universidades en las localidades rurales en las que habitan.
Antes de la conquista, los pimas altos, pápagos, pimas bajos, eudebes, ópatas, jovas, comca\’ac, yaquis, mayos y guarijíos compartían el uso de la integridad del territorio sonorense . Esta situación ha cambiado, en la actualidad tienen ha (ciertas compartidas con gente no indígena, como en el caso de mayos y pimas), lo que representa 5.8 por ciento de la área estatal. La extensión de litorales propios o aprovechados de forma compartida con no indígenas constituye 31 por ciento. En la Figura 6 se expone la localización de los territorios indígenas, y la 7 contiene un comprendio de los terrenos y litorales propios o aprovechados por los grupos étnicos de Sonora, y en el anexo se enlistan los núcleos agrarios, en los que al menos 40 por ciento de los sujetos de derecho son indígenas.
Amenaza de sus territorios por proyectos de empleo externos, como pesca comercial, escalera náutica, turismo, minería y otros proyectos de desarrollo extraños a los seris. Uso de sus territorios y elementos por gente extraña a la tribu; abatimiento y polución de mantones freáticos que proveen el agua de empleo familiar, como consecuencia de la carencia de escurrimiento por el cauce del río Yaqui y de la batería de pozos construida para abastecer de agua potable la localidad de Guaymas. Cárdenas , y una división interna que los desfavorece en la pelea por sus derechos, territorios y recursos . Para 2010, según los conteos comunitarios, la población indígena en la entidad se estimaba en pobladores (Luque et al. 2012, 63), al tiempo que el censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía reportaba hablantes de lengua indígena , lo que quiere decir que la población étnica en Sonora representaba 5.2 por ciento y la de HLI 2.3, del total. De acuerdo con los conteos comunitarios, el conjunto étnico más variado es el mayo, con 47.2 por ciento; le siguen el yaqui y los migrantes con 26.5 y 21.8, el pápago (1.4), guarijío (1.1), comca\’ac (0.76), pima (0.71), cucapá (0.34) y kikapú (0.06) (véase Figura 2).
@reneeangelica @Felipeelopezc dejala felipe no entiende razones ! Creo que no es sonorense .. Primero el partido antes que el pueblo vdad?
— Flaquita (@taniaalcantar) September 21, 2012
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Esa es la distancia que divide el concejo más al norte del país con el que está más al sureste de los denominados ayuntamientos de la esperanza y que, según con sus condiciones de no contagio y no vecindad con otras localidades con contagios de COVID-19, podrían a comenzar a retomar ocupaciones desde el 18 de mayo. Electrificación.-Se da este sistema al 97 por ciento de la población total del ayuntamiento. Alcantarillado.-La cobertura de este sistema alcanza el 51.5 por ciento de la población total del ayuntamiento. Posee una área de 2,013.5 kilómetros cuadrados que significa 1.09 por ciento del total estatal; y una consistencia de población de más de 3 pobladores por quilómetro cuadrado. En 1634 la región fue visitada por el padre Tomás Basilio, y en 1643, el misionero jesuita Egidio Monteffio fundó la población con el nombre de nuestra señora de la Asunción de Cumpas.
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Le siguen los kikapúes, con 45 ha/persona, en su mayoría de terrenos de agostadero y una pequeña superficie de riego; los tohono tienen 26.8 ha/persona, en un área yerma, con poca agua para la población y la ganadería extensiva. Los yaquis, guarijíos y pimas tienen 13.0, 15.3 y 11.5 ha/persona respectivamente; pero los primeros tienen superficies de riego, litoral, áreas forestales y de agostadero, al paso que los guarijíos y pimas sólo tienen terrenos de uso ganadero y forestal. Por último, parte de los mayo y cucapá posee terrenos en áreas de riego en dotaciones ejidales, que van de 5 a 22 ha por familia, pero al estimar el total de la población, la superficie per cápita es menor a 2 ha.
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Finalmente, pero no menos importante, la inexistencia de elementos y programas de apoyo al desarrollo de las comunidades étnicas ayuda a su marginación. Ofrecer mejores condiciones de vida y desarrollo a este ámbito es una asignatura que sigue quedando pendiente y que necesita atención inmediata. Una opción alternativa para arreglar el inconveniente de la pobreza alimenticia, en que viven estos conjuntos indígenas y a la dieta alimenticia que llevan, es el fomento de sistemas de autoabasto de alimentos, mediante la producción familiar o en pequeña escala de hortalizas, frutales, granos básicos y animales de traspatio, además de explotar las fuentes de alimento presentes en los ecosistemas que habitan. Las casas de las comunidades indígenas de Sonora están construidas con materiales distintos, en la mayoría de los casos utilizan los disponibles en el entorno para las paredes, los techos y los pisos, y sostienen una distribución y dimensiones que les permiten conservar las casas parcialmente frescas.
Los indígenas representan el conjunto social con mayor rezago y puerta de inseguridad en México y en Sonora. Después de ser los únicos clientes del territorio sonorense, la llegada de los conquistadores españoles y criollos a la región marcó el comienzo de una época difícil para su supervivencia. A partir de entonces han sido objeto de innumerables campañas de desposeo, dominio y exterminio que han amenazado su cultura, identidad y permanencia (Spicer 1962; Almada 2010). Hasta en la actualidad siguen luchando por subsistir ante una sociedad y clase gobernante que los ignora o que, en el más destacable de las situaciones, utiliza sus recursos, territorios y mano de obra para beneficiarse a nivel económico. Por su lado, la PEA3 de comunidades indígenas de la entidad asciende a poco mucho más de cien mil pobladores, de los cuales 87.5 por ciento corresponde al sexo masculino.
Después de la pesca, el mayor número de yaquis se desempeña como jornaleros agrícolas, usados de maquiladoras de Genial-mas y Empalme y desarrollan carbón de mezquite y artesanías; también se ocupan al comercio, la prestación de servicios profesionales y son operadores de vehículos, entre otros muchos. A pesar de que la mayoría de las etnias cuenta con territorios y recursos naturales propios, no son aprovechados gracias a la falta de capital y medios de producción, al tiempo que el beneficio del uso de tales recursos por lo general queda en manos de gente ajena, que les paga una renta, muchas veces simbólica. La necesidad de conseguir ingresos para sus familias obliga a los indígenas a vender su mano de obra como braceros agrícolas , a laborar en el empleo familiar, informal o en maquiladoras. Enseguida se hace un recuento de las peculiaridades de cada etnia con relación a las fuentes de capital declaradas por ellas en foros participativos, diagnósticos comunitarios, encuestas y entrevistas directas con sus autoridades. La información que ahora se muestra es resultado del análisis de datos censales de las comunidades rurales con fuerte presencia indígena, que el Congreso del estado de Sonora reconoció en 2010.